Cuando el amor da miedo

¿Es posible que el amor dé miedo?

Nos hicimos esta pregunta al elegir el título para este escrito y, después de reflexionar, respondimos ¡Por supuesto que sí!

Lamentablemente hemos conocido muchas historias de TERROR en las que se usó el nombre del amor. Estas historias tienen que ver con feminicidios, violaciones, asesinatos, castigos, traiciones, maltratos y otros actos de violencia en los que hay agresores que buscan someter o poseer a otros para que satisfagan sus necesidades y objetivos, sin tomar en cuenta lo que esos otros quieren. Por otro lado, también están todas esas historias de dolor, angustia y terror que algunos llegan a experimentar cuando “pierden” el afecto de un ser querido.

¿En qué momento se vincula el amor con el terror? Quizás cuando nos alteramos al no poder obtener lo que tanto se desea, al olvidar que no podemos controlar ni poseer nada, y menos a otros seres vivos. Zygmunt Bauman (2012) refiere: <<sólo hay una delgadísima frontera, que muy fácilmente puede pasarse por alto, entre una caricia suave y tierna y una mano de hierro que aplasta>>. A veces, al dejar de reflexionar, intentamos retener o aferrarnos a lo que no puede poseerse y con ello, transformamos las historias de amor en historias de terror, que pueden caracterizarse por interacciones basadas en los celos, la desconfianza, el control, la manipulación, entre otras formas de terror…

¿Qué haces cuándo las personas y la vida no obedecen a tus expectativas? ¿Respetas o te impones? En la respuesta a la última pregunta se encuentra la diferencia entre el acariciar o el aplastar, entre cultivar el amor o expandir el terror.

En algunas ocasiones, no respetamos, pero tampoco aplastamos, tan sólo esperamos a que ocurra el “milagro” de que nuestra fantasía se convierta en realidad, aguardando pacientemente a que suceda con el paso del tiempo y la omnipotencia del amor que “todo lo puede”, pues si esperamos lo suficiente y amamos de verdad, la fantasía se hará realidad. Esto es lo que hemos aprendido de las historias de amor que nos han contado desde hace siglos, y por tanto actuamos esperando que nuestra vida se parezca a la de los personajes de esas narraciones.

Desde la edad media y hasta nuestros días, hemos sido bombardeados con historias románticas llenas de mitos en torno al amor y las personas suelen fascinarse con estos relatos al grado de que moldean sus vidas como lo cuentan esos textos (cuentos, novelas, canciones, poemas, películas); pero, en la vida real ¿esto es así? ¿Realmente podemos vivir como nos dicen las historias? ¿Qué pasa cuando nuestra vida no es como la de los relatos románticos? ¿Cuánto tiempo se tiene que esperar para que la otra persona cambie como a mí me parece? ¿Qué pasaría si pusiéramos más atención a lo que ocurre en el presente y nos centráramos menos en las fantasías futuras de nuestros anhelos?

El amor no debería generar terror para nadie y cuando esto sucede es porque hay personas que sólo buscan que exista una sola forma de amar: ¡la suya! (sin considerar lo que otros realmente quieren y necesitan). Si estás viviendo una historia así, ¡pide ayuda!

Saliéndonos de los mitos, las novelas románticas y los cuentos de hadas, es posible vivir un amor que te dé BIENESTAR, si este se vive desde el respeto al libre albedrío, desde la apreciación de nuestras diferencias, aceptando y respetando a cada ser vivo en su integridad.

Referencias:

Bauman, Z. (2012). Amor líquido: Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. México DF, México: Fondo de Cultura
Económica.

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